El Mensaje es, sobretodo, experiencia. Es experiencia en las ceremonias, y es experiencia en los significados que se plantean en La Mirada Interna y en el Camino. Comprendo esos significados también por experiencia y no sólo por entendimiento intelectual. Comprendo porque internalizo esos significados, los pienso, los siento y los llevo en los actos. Irradiar es, entonces, vivir desde esa experiencia, hacerla cada vez más presente, internalizarla y profundizarla, para ir hacia los demás desde ese emplazamiento. Por ejemplo, si El Mensaje plantea “Aquí hay alegría, amor al cuerpo, a la naturaleza, a la humanidad y al Espíritu”, intento sentir ese amor, hacerlo certeza en mí, y desde ahí relacionarme con el mundo. No es la “idea” de la alegría o el amor, sino que es desde esa alegría y ese amor con encaje en mí como sentimientos que voy hacia otros desinteresadamente. Ahí estoy irradiando El Mensaje, cuando siento por experiencia lo que en el libro plantea, y lo prac
hacia la futura Nación Humana Universal.