Los futuros ideales, las ciudades justas, las formas de organización social donde la humanidad encuentre por fin la sociedad del bienestar soñada, cada tanto atraen mi divagación. El libro Ciudad del Sol de Tommaso Campanella me resonó porque describía esa urbe que estaba diseñada para alcanzar la armonía definitiva. Los ciudadanos de esta Ciudad imaginada por el genovés saben que la propiedad privada produce el egoísmo humano y por tanto los lleva a la crueldad mutua. Entonces, en la Ciudad del Sol la propiedad de todo es comunitaria, es abolida la propiedad privada y el trabajo, y el poder está en manos de sabios. Allí el Estado está gobernado por un Consejo del Pueblo donde participan todos los ciudadanos y ciudadanas por igual. Como no podía ser menos en la historia humana tan cíclica, a Tommaso Campanella lo persiguió y lo encarceló la Inquisición por su libertad de pensamiento, por haber soñado con una humanidad libre y próspera. Al contrario, las ficciones de f...
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