/Futuro Mirador del Parque Tilquiza, Jujuy/
Corazón andino, Latinoamérica profunda, Abya Yala, desde el origen remoto de tus tiempos surge un significado, un sentir, una espiritualidad, para ofrecer al mundo.
Abya Yala andina de tierras coloradas multiformes, tan cerca del cielo, un nuevo ser se pone en pie agradeciendo.
Agradeciendo a los antepasados, vencedores de inmensas dificultades, avanzaron más allá de su horizonte.
A ese ancestro nuestro que enfrentó al Inca conquistador, y al español colonizador, que murió protegiendo la sabiduría ancestral.
Agradeciendo a aquel originario que sobrevivió y continuó sin descanso erigiendo los cimientos de esta América latina de colores múltiples, diversos, tierra del Suma Qamaña, del Buen vivir.
Es tu espiritualidad y tu fuerza, la de tus pueblos, la del cóndor, la de las milenarias piedras, la del sol y la luna, la de la Madre Tierra y el Padre Cosmos, fuerza complementaria de la vida, en comunión perfecta nos trasciende y nos conecta con los que fueron, los que son, y los que serán.
En tu corazón andino, esa Bolivia morena, de rostros ajetreados, de cuerpos esforzados por la resistencia.
Bolivia, hoy sos un ejemplo para el mundo, de tu seno profundo renace lo mejor de la espiritualidad del ser humano, y la posibilidad de la revolución humanista, cultural y social.
Hoy se levantan nuevo muros en tu tierra, querida Latinoamérica, amados Andes, los muros del odio y el resentimiento, del egoísmo y la opresión, de la división y la contradicción.
América larga, Abya Yala, desde el silencio de tus montañas, desde el interior del ser andino, desde las diversas comunidades humanas, se derribarán esos muros hostiles, que ambicionan frenar nuestra vida, mística y bondad, nuestro ideal de humanidad.
Cosmovision andina, hoy me conecta aún más con Silo, mito, guía, maestro y sabio de los profundos Andes.
Silo, naciste desde estos picos nevados, surgiste desde el silencio ancestral de estas cadenas montañosas, y nos bendeciste con tu sabiduría, con tu fuerza y tu bondad.
Silo, lanzaste tu enseñanza al mundo, desde estas cadenas montañosas, a pesar de la opresión de los poderosos, para ayudar al ser humano a despertar.
Silo, mito, guía y maestro, por el camino que nos iluminaste nos encontraremos con lo sagrado que aún resurge en el corazón del andino, en la continuidad originaria esencial, en la humanidad verdadera.
Gracias al Guía, gracias a los abuelos, a los padres y padres de nuestros padres, que construyeron nuestro peldaño.
Gracias al Sol y a la vida expresada en un sinfín de formas, gracias a la profundidad insondable del Cosmos. Por estar, por ser y existir por los tiempos de los tiempos.
*Extracto del Relato de Experiencia "Un recorrido hacia lo alto. Notas de un viaje a Jujuy y Bolivia" completo en http://parquecarcarana.org/



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