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Mostrando entradas de noviembre, 2017

El espíritu se hace fuerte en la adversidad

El espíritu interno se hace fuerte en la adversidad, si se expresa junto a otros mi humanidad. Si abandono el camino recorrido cuando este se torna cuesta arriba, Ahí sí, empequeñece mi espíritu. Y gana el vacío, y gana el sin sentido. Si el deseo de huir me toma cuando cunde la estúpida crueldad, si la falta de claridad me nubla y abandono el Camino, entonces si, empequeñece mi espíritu. Si en cambio, persistente y con empeño, a pesar de todo, acometo el ascenso, Reverdece mi Espíritu. Si en la resistencia no le huyo al sendero, Si veo el Sol, lo absorbo, avanzo y sigo el camino, si tengo fe en mí más elevado destino, Es en la adversidad, entonces sí, cuando se fortalece el Espíritu.

Los ciclos internos y sociales

Afuera, en el mundo social, todo se mueve. Adentro, en el mundo interno, también. En ambos espacios, que actúan en estructura y se constituyen en nuestra percepción de la realidad, pasamos por ciclos ascendentes, de luminosidad, alegría, entusiasmo, donde sentimos que “todo va”. O ciclos más cercanos a una sensación de oscuridad interna, sin sentido y sin futuro. Los procesos sociales también están regidos por la Ley de Ciclo, la cual expresa: “Todo en el universo está en evolución y va desde lo más simple a lo más complejo y organizado según tiempos y ritmos cíclicos”. Los procesos evolutivos no se desarrollan en línea recta ni con tiempos ni aceleraciones constantes sino que surgen, crecen, se desarrollan, declinan y se desorganizan, pero al desorganizarse dan nacimiento a nuevas formas que repiten el mismo proceso. No obstante, los procesos no están desconectados sino que los elementos progresivos del paso anterior continúan en el posterior. De este modo los ciclos no son circu