Reflexiones, pensamientos y aportes

  Asciende a la cima de los cielos Canta la canción del porvenir Haz brotar las fuerzas dormidas Y brilla tu luz para mí. No duermas el sueño de los justos Levántate, enciéndete Acércale un atisbo de esperanza Al fracasado, al desposeído. Al que espera sin impaciencia Al que busca, al que intenta Regálale la armonía de música sagrada Muéstrale la llave que abre muros... Hacia allá Donde se dibujan los nuevos colores  Donde no callan los sonidos lejanos Donde a pesar del abismo y del olvido Existes, allá, en la cima de los cielos. Iván N.- Un regalo para mis amigxs en este fin de 2021

  Silo nos incentivó a que escribiéramos nuestros "Comentarios a El Mensaje", este aporte va en ese sentido. Se trata de notas en la bitácora personal de reflexiones, comprensiones, experiencias, tomadas durante cuatro años, luego sintetizadas y recopiladas en este escrito. El objetivo de este aporte es compartir una interpretación, un abordaje, un acercamiento a esos temas, experiencias y comprensiones que he tenido hasta el momento de El Mensaje. Se puede descargar haciendo click aquí .

Mi mente, movediza, me habla La ciudad, ruidosa, me inquieta Sonoridades llegan ¿Podré convertirlas en bellas melodías? Intento acallar, anhelo silencio A veces le temo Soy sólo conmigo mismo ¿Podré vivirlo en serenidad? Prefiero música de guitarras al ruido de martillos Quiero calma interior, y no miedo provocador Oír los sonidos de vientos Del sol crepitante La armonía de las cosas simples ¿Podré vivir allí?

Agradezco mi vida Acepto mi destino Amo mi realidad Me reconcilio Humilde peregrino Acepto mis errores Agradezco a mi cuerpo Construyo mi Espíritu Amo el Sentido

 El Monolito y el Sol La conexión de la tierra y el cielo El presente, el futuro, y el pasado también El vector de tiempos y espacios Hoy y la eternidad Lo profano y lo sagrado El cuerpo y el espíritu Los que estamos acá y los que ya están allá Y los que vendrán.

 La pesca me empezó a interesar de grande. No me importa tanto el pique como vivir el ritual. Es un bonito tiempo junto al río viendo cómo fluye. La caña y la tanza generan en mi mente la agitación de la expectativa. Es el engaño de la ilusión permanente. Cae el sol a la vera del río Carcarañá, el calor húmedo y los mosquitos al acecho no me impiden el disfrute de un atardecer mágico. Recorro una vez más la costa con la mirada, me conmuevo con la amalgama de verdes en los sauces y algarrobos que bailan al ritmo del viento norte. La brisa litoraleña me suaviza, me calma, me conecta con un espacio de libertad interna. En las antípodas del sol rojizo descubro a la Luna, inmóvil, apacible, demuestra presencia. Cada vez que la observo se disputan en mi interior sentimientos de nostalgia, paz, inmensidad, y en los mejores casos, juega la suave alegría del porvenir. La caña se mueve repentinamente, voy recogiendo el reel, siento un tironeo constante. Espero que no sea otra tortuga de agua. En